A lo largo del
siglo XVI se produjo en toda Europa la progresiva difusión del
procedimiento contable de la partida doble, en la mayoría de los
casos simples adaptaciones de la del franciscano.
La aceptación de
la partida doble en los países bajos
En el transcurso
del siglo XVI el centro neurálgico del comercio Europeo se desplazo
de forma progresiva desde el mediterráneo a las costas Atlánticas
del continente. Las activas ciudades de Flandes y muy especialmente,
Amberes, se hicieron con el predominio del comercio mundial. La
citada ciudad flamenca acuso muy pronto el impacto de la nueva
contabilidad “a la italiana” cuyo empleo se extendió con
rapidez. De las imprentas de Amberes surgieron varias obras capilares
en la historia de la contabilidad.
La importancia de
la figura de Stevin en la historia de la contabilidad es capital: se
trata del primer autor que considera que se halla ante una temática
que merece un serio estudio científico. Hasta Simon Stevin, todos
los autores daban por supuestos los principios de personificación de
las cuentas que expuso Pacioli, sin pretender con ello, hacer teoría.
Pero el profesor de Leyden (Simon Stevin ) hizo hincapié en el
aspecto patrimonial de las cuentas y considero la contabilidad como
un instrumento de control de gestión de la empresa.
La escuela
italiana del siglo XVII
A pesar del fuerte
declive comercial de las ciudades italianas, en la primera mitad del
siglo XVII los autores de este país -ya no solo en Venecia- se
mantuvieran en primera línea de la literatura contable y desde
luego, a la cabeza de la labor teórica. Solo en la segunda mitad del
siglo, el impulso de los tratadistas italianos de contabilidad decayó
considerablemente. Giovanni Antonio Moscheli
Flori, Giovanni
Domenico Peri, Zastiano Venturi.
La escuela
francesa en el siglo XVIII
Los tratadistas de
contabilidad franceses, tan escasos en el siglo XVI y la primera
mitad del XVII, pasaron a ocupar en el siglo XVIII un lugar destacado
sobre todos los de Europa, desplazando a los italianos -los estados
de este país se hallaban en franca decadencia económica- y a los
flamencos. En el siglo de las luces los autores franceses fueron
leídos a lo largo y ancho de Europa, conocieron múltiples ediciones
de sus libros en distintos idiomas e incluso llegaron a ser imitados
por los orgullosos tratadistas italianos. Samuel y
Jean Pierre Ricard, Beltrand, Francois Barreme, Edmond Degranges.
Autores del siglo
XVIII en otros países
Gran Bretaña
Daniel Defoe, Hustcraft Stephens
Italia Giuseppe
Formi
Austria Maria
Teresa
Estados Unidos
William Mitchell
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